1 de Enero 2013

Hay clases de personas y personas con clase.
Desde que  comencé a rular por la red ,La mayoría de las conexiones a Internet de aquella época (años 96-99) se hacían mediante módem, realizando una llamada a través de la línea telefónica. El coste de estar conectado era bastante elevado , e llegado a pagar  miles de pesetas de las antiguas, solo por navegar 4 o 5 horas de madrugada, pero era lo que havia.
A lo largo de estos años me e trenido que  registrar en tantos lugares, empresas, foros, hacienda, correo, sanidad, ocio, y asi miles y miles de registros.Todo para poder aceder a los servicios que prestasen, unas veces gratuitos(salvo el tiempo) y otras previo pago.
Así que este es el entorno en el que nos movemos. Un entorno en el que reina la superficialidad, disfrazada de profundidad, y en el que el exceso de información se confunde con la calidad de la misma. Entras en una red social y de pronto, parece que está lleno de expertos en política internacional, en economía o en Fórmula 1. Pero las redes sociales,no nos hace más listos, nos hace más charlatanes.
Qué cambia entonces? Insisto. ¿Somos más libres? ¿Estamos más informados? Sinceramente, creo que no demasiado. Lo que estamos es más entretenidos, hablando de todo, como si supiéramos realmente algo. Pero, si no aprendemos a pensar realmente por nosotros mismos, y a pararnos un poco para reflexionar sobre lo que nos cuentan, quiénes nos lo cuentan, cuándo y por qué, podemos caer en un grave error.
¿cuántos contactos conocen que no lo hacen? En mi caso bastantes. Y nos arriesgamos a no cumplir la normativa en redes sociales con un único fin, mantener nuestra privacidad. Pero ¿saben ustedes cuanta gente miente en social media precisamente para garantizar su privacidad? Pues
UltraYou", así se llama es estudio, subraya que aunque todos contamos 'mentirijillas' y enmascaramos más o menos nuestros defectos, hay diferencias entre sexos. Mientras que el 54 por ciento de las mujeres españolas reconoció manipular sus fotografías online para impresionar a los demás y transmitir una imagen más sexy, sólo el 20 por ciento de los hombres retoca su aspecto.
 la gran mentira de la relevancia, que promete transformar a humildes ciudadanos en superhéroes, cuyos superpoderes convierten sus tweets en armas para derrocar gobiernos, transformar el mundo o vender alpargatas... A elegir, según el perfil del relevante que toque
Una señal de que la gran mentira no son las redes sociales, sino el mensaje de quienes se obstinan en convertirlas en algo que no son... y que nunca debieron ser
En la vida cotidiana se nos puede engañar con falsas sonrisas, miradas seductoras, promesas, llanto, todo tipo de estrategias persuasivas usadas para lograr un propósito previsto, a pesar de estar frente a frente es fácil ser inocentes, debemos estar atentos al más mínimo indicio de falsedad. En las relaciones establecidas a través de las redes sociales (Facebook y Twitter, especialmente) es más complicado detectar la verdad y la mentira, la intención y el sentimiento, quien decide establecer una relación debe estar dispuesto a aprender, asumir y aceptar que engañará y será engañado, es una conciencia del engaño más definida que la que vivimos cotidianamente, en lo que llamamos -para reafirmarnos cada mañana- nuestra vida real. Después de haber leído El cerebro y el mito del yo nos debió haber quedado claro que somos máquinas de soñar que construyen modelos virtuales del mundo real, es decir, que toda realidad es realidad virtual, un juego del cerebro, hay científicos que creen que ni siquiera tenemos mente.
Por eso y antes de que termine convirtiendome en robot, abandono la red, la hipocresia, la mentira ,la falsedad.........................

Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen.
Las personas no estan jamás tan cerca de la estupidez como cuando se creen sabias.

La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía"
No te fies de las palabras: En esta vida encontrarás a muchas personas que viven mal y hablan bien.